Entre las pocas virtudes que le quedan al partido republicano -si acaso sea posible hablar de virtudes a esta altura-, hay una indiscutible: el manejo propagandístico y mediático de los valores nacionales. Esos fácilmente identificables. La patria, la bandera, the Star-Spangled Banner, la Constitución y su origen y las cuestiones referidas al carácter -o supuesto carácter- de una nación.
Lo anterior se hace aún más evidente hoy, con un partido republicano que ni siquiera tiene plan de gobierno. No. No lo tiene. Y yo nunca antes vi nadería y mediocridad parecidas. Ni siquiera la he visto entre los planes de gobierno de la mayoría de los partidos políticos en países pobres y periféricos.
Hace muy poco, ese tipo brillante que es Stephen Walt decía que los demócratas debían empezar a hacer uso del discurso nacionalista como necesidad táctica, no solo para enfrentar la demagogia republicana sino porque esos apelativos no dejan de ser atractivos y movilizadores para una porción nada despreciable del electorado.
Hace menos tiempo aún, solo días atrás, volví a escuchar en persona como primer argumento de defensa de voto republicano, el agradecimiento de los emigrados cubanos hacia “este gran país”. Eso lo he escuchado hasta el hartazgo. Y es agotador… Ahí es donde una vez más uno cae en cuenta de los valores retorcidos pero también de la efectividad de la propaganda pues si fuera por los republicanos muy pocos cubanos habrían llegado a Estados Unidos o muy pocos habrían podido mantener residencias permanentes y ciudadanías legales.
No nos engañemos. Si fuera por los republicanos estaríamos todos en Cuba!
Yo lo he dicho tantas veces que ya siento pena por lo reiterativo y porque las evidencias y los datos están al alcance de cualquiera. Ya no hace falta tener estudios superiores para poder acceder a información veraz en tiempo real. Pero de nuevo. De memoria, muy rápido y simplificado… La Ley de Ajuste Cubano fue firmada por un demócrata (Johnson); Peter Pan, Camarioca, Bay of Pigs, embargo a Cuba, vuelos de la libertad, por otro (Kennedy); Secciones de intereses en Washington y la Habana, liberación masiva de presos políticos, restablecimiento de visitas familiares (Comunidad), emigración de 125 mil a través del Mariel, aparición del tema derechos humanos en la agenda internacional y también referida a Cuba (Carter), negociaciones secretas para superar el diferendo, emigración de balseros 1994, decreto pies secos-pies mojados, firma de la Ley Helms-Burton (Clinton); restablecimiento de relaciones diplomáticas, visita a Cuba, promoción de los contactos pueblo a pueblo, discursos en la Habana, impacto y apoyo global a esas políticas, adoración de los cubanos de Cuba a su figura (Obama). Nixon, Reagan, George Bush, padre e hijo (el padre firmó la Ley Torricelli y el hijo instauró el Programa de Reunificación Familiar en 2007 y el Parole para los médicos en 2006), y Trump han hecho mucho menos o incluso nada por el bienestar de los cubanos de acá y de allá desde el punto se vista real, verificable, constatable. Trump, por su parte, tampoco restableció el decreto pies secos-pies mojados (lo puede hacer en cinco minutos, si quiere se lo dictamos) y no le han importado los cubanos varados en la frontera a lo largo de cuatro años.
Lo que sí han hecho todos los republicanos es venir a tomar café al Versalles y a dar discursos en el teatro Artime durante décadas, prometiendo la misma libertad que no tienen sus votantes pues un ser humano timado y manipulado no puede ser libre.
En resumen, si fuera por los valores e intereses de esos republicanos y sus decisiones, de sus visiones sobre inmigración y diversidad, Usted, cubano -y su mamá, esposa, hijo y sobrinos-, le hubiera sido muy difícil venir a vivir, trabajar y tener familia en los Estados Unidos. Eso sin llegar a extendernos en lo que han significado para esos mismos cubanos las leyes de seguridad social, medicaid y medicare, y ahora Affordable Care Act (Obamacare), durante 62 años, promovidas y aprobadas por administraciones demócratas.
